Adolescentes recluidos por delitos graves
Homicidio y violación, los más frecuentes
Homicidio y violación, los más frecuentes
Por Naldy Rodríguez
Son menores de edad, pero sus crímenes no son ningún juego de niños. Con sus rostros pubertos, cometieron dos de los pecados más grandes: asesinato y violación. Aún así, no tendrán antecedentes penales.
Hoy purgan una condena en el Centro de Internamiento Especial para Adolescentes, mejor conocido como “La ciudad de los niños”, aunque en realidad los rincones de esa urbe albergan a jóvenes que dejaron hace mucho tiempo su inocencia.
Se trata de 62 jóvenes y no tan jóvenes pobres, con abandono escolar, desempleados, que cayeron en las redes delictivas y ahora pagan sus culpas en este centro, ubicado en la localidad de Palma Sola, municipio de Alto Lucero, a casi una hora de la capital del Estado.
En la Ciudad de los Niños paradójicamente conviven jóvenes que asesinaron, violaron, asaltaron y agredieron. Todos faltaron a los mandamientos de la ley de Dios, ante cualquiera que sea la fe que se profese.
Para Alfredo Zavaleta Betancourt, especialista e investigador en temas de seguridad, es grave que el 90 por ciento de los jóvenes estén recluidos en “La ciudad de los niños” por cometer un delito grave y de éstos la mitad haya asesinado.
Sin embargo, aseguró que los tutelares no son una muestra representativa de la dinámica de los menores infractores en el país y en Veracruz.
Trayectorias sociales y escolares truncadas de los jóvenes los orillaron a tomar las oportunidades que les ofrecieron las redes delictivas, aún a pesar de los riesgos que les implicó, sostuvo.
Fueron 32 jóvenes los que incurrieron en homicidio y 25 adolescentes más desearon a la mujer del otro, pero además la tomaron por la fuerza, faltando así al quinto y decimo decreto de la iglesia católica, protestante, judía y evangélica.
El octavo mandamiento, no robarás, también fue violentado, en este caso solo por dos jóvenes, a quienes se les privó de su libertad y se tipificó como calificado este delito. Otros tres menores perdieron su libertad por agredir y causar lesiones.
Un reporte del director General de Medidas Sancionadoras del centro Luis Durón Velasco, proporcionado por la Secretaría de Gobierno, establece que a los infractores se les impuso como castigo la privación de su libertad.
La sanción que recibieron los jóvenes por haber faltado a alguno o varios de los mandamientos de la ley de Dios y del hombre va desde 9 meses hasta siete años de privación de su libertad, libertad que es tan codiciada en los años mozos.
Los edificios y amplias áreas verdes del centro de internamiento albergan a 31 hombres con más de 18 años de edad que cometieron el ilícito por el que se les juzgó antes de cumplir la mayoría de edad.
Otros 29 hombres tienen menos de 18 años y sólo dos mujeres se encuentran internadas por haber incurrido en un delito del fuero común en el estado de Veracruz.
El número de niñas recluidas en este lugar es menor porque en México las mujeres tienen un grado de desarrollo moral mayor y eligen otras opciones antes de involucrarse en el mercado delictivo, expuso Zavaleta Betancourt, investigador de la Universidad Veracruzana.
Pero qué llevó a un menor de edad a asesinar. La dinámica familiar conflictiva; el abandono escolar; el desempleo, las tribus urbanas inciviles; la desigualdad económica y la falta de políticas pública culturales eficientes son algunos de los factores que convergen para incurrir en homicidio, aseguró.
Explicó que las trayectorias delictivas dependen de un cálculo suficiente de los costos y los beneficios del delito; por eso, los jóvenes pobres, con abandono escolar, desempleados, sin asistencia social tienen en las redes delictivas un contraejemplo de satisfactor de necesidades.
“En esas circunstancias, para ellos la posibilidad de ser modernos no se logra mediante las instituciones sociales sino mediante planes más cortos y eficaces tales como los que representan las actividades delictivas organizadas. La delincuencia organizada tiene en los jóvenes una reserva de potenciales reclutas”, advirtió.
Cabe destacar que según la Ley de Responsabilidad Juvenil, todo adolescente y adulto joven que sale del centro no tiene antecedentes penales, lo que implica que si algún menor reincidiera en algún delito sería como si ingresara por primera ocasión.
Justicia penal en Veracruz, represiva
José Alfredo Zavaleta Betancourt, académico del Instituto de Investigaciones Histórico y Sociales de la Universidad Veracruzana (UV), destacó que la justicia penal en Veracruz es represiva, porque carece de una idea suficiente sobre la prevención de incivilidades o infracciones menores.
Señaló también que los programas institucionales de prevención del delito no se han percatado de los factores comunes de las trayectorias delictivas de los menores infractores y jóvenes.
Por eso, la justicia penal “es un dispositivo para el encierro. No hay una política integral de atención a la matriz de la delincuencia en México y Veracruz”.
Si bien reconoció que es “grave” que el 90 por ciento de los jóvenes recluidos en “La ciudad de los niños” hayan cometido un delito grave y la mitad un asesinato, señaló que los tutelares no son una muestra representativa de la dinámica de los menores infractores en Veracruz ni en el resto del país.
“La delincuencia de los jóvenes es más heterogénea y en ella no predomina el homicidio culposo o accidental”, expresó.
El investigador de la UV sostuvo que los jóvenes infractores o inciviles son cada vez más tanto en Veracruz como en el resto del país, pero sus infracciones y delitos se vinculan más a la delincuencia común (robo o bien homicidios) que a la organizada.
De ese conjunto, explicó, una minoría de jóvenes ha optado por las actividades delictivas comunes y organizadas. Citó como ejemplo los narco-menudistas y sicarios del narcotráfico.
“A diferencia de los gerentes de las redes delictivas, los narco-menudistas son los jóvenes desencantados del sistema social que aceptan las patologías del mercado de las drogas para volverse, aunque sea efímeramente, modernos”, dijo.
Agregó que la estrategia de uso de menores para las actividades de redes delictivas no es una regla en nuestro país.
Tiempo de internamiento de los menores infractores
TIEMPO DE INTERNAMIENTO NÚMERO DE JÓVENES
7 años 28
6 años 6
5 años 16
5 años y 8 meses 1
5 años y 6 meses 2
4 años 5
4 años y 6 meses 2
2 años 1
9 meses 1
Ciudad de los niños a la vanguardia
La “Ciudad de los niños” fue construida en una extensión de 28.7 hectáreas, donde se construyeron 10 edificios y amplias áreas verdes con capacidad para albergar a 224 personas, 200 espacios para hombres y 24 lugares para mujeres.
El centro de internamiento cuenta también con un espacio para visita conyugal y sistema de vigilancia integrado por seis torres de observación, una barda perimetral de entre seis y ocho metros de alto, así como circuito cerrado.
El principal objetivo del Centro de Internamiento Especial para adolescentes es prevenir la delincuencia y promover la reinserción social y familiar de los menores infractores.
Para lograrlo brindan tratamiento al adolescente infractor a través de cinco áreas: sicológica, trabajo social, medicina, pedagogía y jurídico.
Área sicológica es la encargada de evaluar el aspecto sico-emocional de cada adolescente, elaborando estudios de personalidad para dar el tratamiento correspondiente.
Trabajo social, en el ámbito de sus funciones está obligada a investigar los antecedentes familiares del menor infractor, su relación con ellos, su situación económica, sus grupos de preferencia y actividades sociales.
Área pedagógica, matricula a los jóvenes en los distintos niveles educativos que existen dentro del centro para que reciban educación normal, además de que se encarga de coordinar los talleres de capacitación.
Área de medicina, se da atención integral al adolescente a través de programas de medicina preventiva.
Área jurídica, brinda orientación legal al menor infractor, proporcionando información sobre los procedimientos de justicia penal.
(Publicada el 1 de junio en El Heraldo de Xalapa)
Son menores de edad, pero sus crímenes no son ningún juego de niños. Con sus rostros pubertos, cometieron dos de los pecados más grandes: asesinato y violación. Aún así, no tendrán antecedentes penales.
Hoy purgan una condena en el Centro de Internamiento Especial para Adolescentes, mejor conocido como “La ciudad de los niños”, aunque en realidad los rincones de esa urbe albergan a jóvenes que dejaron hace mucho tiempo su inocencia.
Se trata de 62 jóvenes y no tan jóvenes pobres, con abandono escolar, desempleados, que cayeron en las redes delictivas y ahora pagan sus culpas en este centro, ubicado en la localidad de Palma Sola, municipio de Alto Lucero, a casi una hora de la capital del Estado.
En la Ciudad de los Niños paradójicamente conviven jóvenes que asesinaron, violaron, asaltaron y agredieron. Todos faltaron a los mandamientos de la ley de Dios, ante cualquiera que sea la fe que se profese.
Para Alfredo Zavaleta Betancourt, especialista e investigador en temas de seguridad, es grave que el 90 por ciento de los jóvenes estén recluidos en “La ciudad de los niños” por cometer un delito grave y de éstos la mitad haya asesinado.
Sin embargo, aseguró que los tutelares no son una muestra representativa de la dinámica de los menores infractores en el país y en Veracruz.
Trayectorias sociales y escolares truncadas de los jóvenes los orillaron a tomar las oportunidades que les ofrecieron las redes delictivas, aún a pesar de los riesgos que les implicó, sostuvo.
Fueron 32 jóvenes los que incurrieron en homicidio y 25 adolescentes más desearon a la mujer del otro, pero además la tomaron por la fuerza, faltando así al quinto y decimo decreto de la iglesia católica, protestante, judía y evangélica.
El octavo mandamiento, no robarás, también fue violentado, en este caso solo por dos jóvenes, a quienes se les privó de su libertad y se tipificó como calificado este delito. Otros tres menores perdieron su libertad por agredir y causar lesiones.
Un reporte del director General de Medidas Sancionadoras del centro Luis Durón Velasco, proporcionado por la Secretaría de Gobierno, establece que a los infractores se les impuso como castigo la privación de su libertad.
La sanción que recibieron los jóvenes por haber faltado a alguno o varios de los mandamientos de la ley de Dios y del hombre va desde 9 meses hasta siete años de privación de su libertad, libertad que es tan codiciada en los años mozos.
Los edificios y amplias áreas verdes del centro de internamiento albergan a 31 hombres con más de 18 años de edad que cometieron el ilícito por el que se les juzgó antes de cumplir la mayoría de edad.
Otros 29 hombres tienen menos de 18 años y sólo dos mujeres se encuentran internadas por haber incurrido en un delito del fuero común en el estado de Veracruz.
El número de niñas recluidas en este lugar es menor porque en México las mujeres tienen un grado de desarrollo moral mayor y eligen otras opciones antes de involucrarse en el mercado delictivo, expuso Zavaleta Betancourt, investigador de la Universidad Veracruzana.
Pero qué llevó a un menor de edad a asesinar. La dinámica familiar conflictiva; el abandono escolar; el desempleo, las tribus urbanas inciviles; la desigualdad económica y la falta de políticas pública culturales eficientes son algunos de los factores que convergen para incurrir en homicidio, aseguró.
Explicó que las trayectorias delictivas dependen de un cálculo suficiente de los costos y los beneficios del delito; por eso, los jóvenes pobres, con abandono escolar, desempleados, sin asistencia social tienen en las redes delictivas un contraejemplo de satisfactor de necesidades.
“En esas circunstancias, para ellos la posibilidad de ser modernos no se logra mediante las instituciones sociales sino mediante planes más cortos y eficaces tales como los que representan las actividades delictivas organizadas. La delincuencia organizada tiene en los jóvenes una reserva de potenciales reclutas”, advirtió.
Cabe destacar que según la Ley de Responsabilidad Juvenil, todo adolescente y adulto joven que sale del centro no tiene antecedentes penales, lo que implica que si algún menor reincidiera en algún delito sería como si ingresara por primera ocasión.
Justicia penal en Veracruz, represiva
José Alfredo Zavaleta Betancourt, académico del Instituto de Investigaciones Histórico y Sociales de la Universidad Veracruzana (UV), destacó que la justicia penal en Veracruz es represiva, porque carece de una idea suficiente sobre la prevención de incivilidades o infracciones menores.
Señaló también que los programas institucionales de prevención del delito no se han percatado de los factores comunes de las trayectorias delictivas de los menores infractores y jóvenes.
Por eso, la justicia penal “es un dispositivo para el encierro. No hay una política integral de atención a la matriz de la delincuencia en México y Veracruz”.
Si bien reconoció que es “grave” que el 90 por ciento de los jóvenes recluidos en “La ciudad de los niños” hayan cometido un delito grave y la mitad un asesinato, señaló que los tutelares no son una muestra representativa de la dinámica de los menores infractores en Veracruz ni en el resto del país.
“La delincuencia de los jóvenes es más heterogénea y en ella no predomina el homicidio culposo o accidental”, expresó.
El investigador de la UV sostuvo que los jóvenes infractores o inciviles son cada vez más tanto en Veracruz como en el resto del país, pero sus infracciones y delitos se vinculan más a la delincuencia común (robo o bien homicidios) que a la organizada.
De ese conjunto, explicó, una minoría de jóvenes ha optado por las actividades delictivas comunes y organizadas. Citó como ejemplo los narco-menudistas y sicarios del narcotráfico.
“A diferencia de los gerentes de las redes delictivas, los narco-menudistas son los jóvenes desencantados del sistema social que aceptan las patologías del mercado de las drogas para volverse, aunque sea efímeramente, modernos”, dijo.
Agregó que la estrategia de uso de menores para las actividades de redes delictivas no es una regla en nuestro país.
Tiempo de internamiento de los menores infractores
TIEMPO DE INTERNAMIENTO NÚMERO DE JÓVENES
7 años 28
6 años 6
5 años 16
5 años y 8 meses 1
5 años y 6 meses 2
4 años 5
4 años y 6 meses 2
2 años 1
9 meses 1
Ciudad de los niños a la vanguardia
La “Ciudad de los niños” fue construida en una extensión de 28.7 hectáreas, donde se construyeron 10 edificios y amplias áreas verdes con capacidad para albergar a 224 personas, 200 espacios para hombres y 24 lugares para mujeres.
El centro de internamiento cuenta también con un espacio para visita conyugal y sistema de vigilancia integrado por seis torres de observación, una barda perimetral de entre seis y ocho metros de alto, así como circuito cerrado.
El principal objetivo del Centro de Internamiento Especial para adolescentes es prevenir la delincuencia y promover la reinserción social y familiar de los menores infractores.
Para lograrlo brindan tratamiento al adolescente infractor a través de cinco áreas: sicológica, trabajo social, medicina, pedagogía y jurídico.
Área sicológica es la encargada de evaluar el aspecto sico-emocional de cada adolescente, elaborando estudios de personalidad para dar el tratamiento correspondiente.
Trabajo social, en el ámbito de sus funciones está obligada a investigar los antecedentes familiares del menor infractor, su relación con ellos, su situación económica, sus grupos de preferencia y actividades sociales.
Área pedagógica, matricula a los jóvenes en los distintos niveles educativos que existen dentro del centro para que reciban educación normal, además de que se encarga de coordinar los talleres de capacitación.
Área de medicina, se da atención integral al adolescente a través de programas de medicina preventiva.
Área jurídica, brinda orientación legal al menor infractor, proporcionando información sobre los procedimientos de justicia penal.
(Publicada el 1 de junio en El Heraldo de Xalapa)
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