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Mostrando entradas de 2011

Tlacotalpan modifica tradición de 200 años, la suelta de toros.

Naldy Rodríguez Xalapa, Veracruz.-Después de 200 años de la tradicional suelta de toros por calles de Tlacotalpan, ciudad Patrimonio de la Humanidad, las autoridades determinaron modificar y adecuar la festividad que caracteriza a Veracruz y atrae a miles de turistas nacionales e internacionales. Cada primero de febrero, como inicio de las fiestas en honor a la virgen de la Candelaria (patrona de la ciudad), se realiza el embalse de toros y, posteriormente, los astados son soltados por las calles del pueblo mientras los espontáneos buscan lidiarlos. La tradición se caracterizaba por la agresividad hacia los toros de raza cebú, lo que había provocado la protesta de organizaciones sociales de defensa de los animales. El alcalde de Tlacotalpan, Hilario Sosa Rivera, explicó que se modificó el recorrido de la suelta de toros, acortando el tiempo de exposición para evitar el maltrato a los bureles. Este año, explicó el munícipe, se determinó acortar la jornada y limitar el contacto con el

Ludopatía, adiccción que carcome a la sociedad xalapeña.

Suicidios, divorcios y desintegración familiar son algunas de las historias... Naldy Rodríguez Una nueva adicción corrompe a la sociedad xalapeña. No se trata de drogas ni alcohol, pero es igual o peor de dañina: desintegra familias, fomenta abandono de hijos y genera conductas antisociales e incluso delictivas. Decenas y cientos de personas convirtieron los casinos, ahora tres en la capital del estado, en su segundo hogar. La adicción al juego ya provocó dos suicidios, divorcios y el abandono de los hijos, aseguran clientes frecuentemente de estos centros de diversión. Este virus dañino carcome a toda la ciudadanía sin distinguir estatus social, edad o sexo. Quienes lo padecen pueden pasar todo el día frente a las maquinas de apuesta y se alimentan de la comida que el propio casino les proporciona, sin importar que gasten el dinero de la colegiatura de sus hijos, la mensualidad del coche o la casa y, lo que es peor, sin importar si quiera que sus vástagos permanezcan solos en casa o a